Podría incluso llevar peineta porque es la Reina entre las variedades españolas.
Tinta, esbelta, equilibrada, con estructura y caracter. Tiene tantos nombres como hogares, porque se adapta bien a la tierra donde crece y al clima que la envuelve, pero en realidad le encanta el sol abundante y pasar frío por la noche. Es como yo, que adoro el verano pero también tirar de la sábana al dormir...
Usa perfume de violeta, ciruela y fruta roja madura . Es una uva noble, de discreta acidez y gran finura. No hace alardes de graduación alcohólica y aunque en su juventud se muestra franca y amable sabe envejecer con una dignidad pasmosa para regalarnos vinos aterciopelados, llenos de matices y notas especiadas.
Buena compañera y amiga de Graciano, Garnacha y Cabernet se resiste a perder personalidad y protagonismo cuando las acompaña porque en realidad no tiene miedo a la soledad del monovarietal.
Madura pronto, por eso la llamaron "Tempranillo" pero se da la vuelta cuando se oye nombrar Cencibel, Tinta del país, Tinto fino, Ull de lebre, Escobera o Tinta de Toro y nos salió viajera. Tiene pasaporte portugués, argentino, mexicano, uruguayo, australiano y californiano pero no disimula su orgullo de ser abanderada española.
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